La mano de obra no es homogénea, por lo que el análisis de datos que habla con sencillez de «mano de obra» y «costos de mano de obra» debe tratarse con extrema cautela.
Si la violencia es la clave para crear riqueza, como insinúa Desmond, entonces las naciones comunistas habrían creado cantidades fabulosas de riqueza dada la brutalidad del estalinismo del siglo XX.
Las nuevas tecnologías, y no el Estado, serán la clave para facilitar cada vez más la satisfacción de las necesidades básicas y disminuir la necesidad percibida de más servicios gubernamentales.
La esclavitud era una institución monstruosamente injusta e inmoral. También era ineficiente, en comparación con un sistema basado en el trabajo libre.
La obsesión keynesiana por evitar la deflación e impulsar el gasto de los consumidores ha dado lugar a un grave descenso del ahorro y de la acumulación de capital.
La semana pasada, Business Insider hizo referencia a un estudio para defender la ley de salario mínimo de la ciudad de Nueva York. Ninguno de los dos se sustenta bien en ningún tipo de análisis serio.
Los que más sufren las subidas salariales obligatorias son los trabajadores poco cualificados, los trabajadores discapacitados y los trabajadores a tiempo parcial del sector. Y las regiones más pobres sufren más que las más ricas.
Se estima que el 78 por ciento de la población activa del Reino Unido no puede llegar a fin de mes entre los días de pago. Las políticas neokeynesianas son las culpables.